miércoles, 28 de marzo de 2012

ANTECEDENTES DE LA PARASITOLOGIA


ANTECEDENTES DELA  PARASITOLOGIA

CONCEPTO
Es una rama de la ciencia ecológica que trata el estudio integral del fenómeno del parasitismo, las relaciones existentes entre el parásito y el hospedador (dependencias metabólicas) y los factores ambientales que influyen sobre esta comunidad.

HITORIA
Aristóteles (384 – 322 A.C.) describió y clasificó un grupo de gusanos (helmintos) intestinales. Otros como Plinio el viejo y Galeno estudiaron parásitos humanos y animales.
En la edad Media el sabio Avicena elaboró en Persia un tratado completo sobre helmintos y nematodos y métodos para combatirlos y curarlos.
Francesco Redi (1686) y luego Lázaro Spallanzani. (1729-1799) usaron parásitos como evidencia para refutar la teoría de la generación espontánea. Desde entonces cada parásito tiene su anécdota; a finales del siglo XIX, por ejemplo, se descubrió la malaria y su vector.
Muchos parasitólogos iniciaron observaciones al microscopio para descubrir distintos protozoarios, pero realmente el primer protozoario de tipo parásito que se observo fue por los doctores suizos Malmsten (1857) y Stein (1862) descubriendo Balantidium coli , que es uno de los protozoarios más grandes y que habita en los intestinos del cerdo.

Introducción a la parasitología.
Seguramente las asociaciones biológicas entre los seres vivos se iniciaron con la aparición de la vida misma sobre el planeta Tierra al competir éstos por el espacio y ponerse en contacto íntimo. Algunos autores señalan asociaciones parasitarias encontradas en restos fósiles de foraminíferos (protozoos con concha calcárea) y algas marinas con más de 530, 000,000 de años de antigüedad.
En la actualidad se sabe que hay más clases de organismo parásitos que no parásitos, ya que esta modalidad de asociación entre los seres vivos es una de las más exitosas. 
El hombre es huésped de cientos de especies de parásitos, sin contar a los virus, bacterias y hongos que en general las especies de éstos son también parásitos en su mayoría. Es difícil no encontrar ejemplares de parásitos cuando se examinan cuidadosamente animales silvestres, domésticos, o al mismo hombre.
La parasitología se inicia con el hallazgo de los parásitos por el 
hombre, hecho que tiene su origen en los tiempos más remotos y que se pierde en la bruma del pasado histórico de la humanidad, pero los descubrimientos a este respecto por los antiguos chinos, griegos, egipcios, persas, etc., han quedado consignados de tal manera que el estudiante actuales capaz de reconocerlos por el análisis de los manuscritos que dejaron para la posteridad, los adelantos que sobre los parásitos y enfermedades parasitarias se realizaron hace muchísimos años.
Los médicos chinos en la antigüedad, podían distinguir los cuadros clínicos del 
paludismo por el tipo de fiebre que observaron en: terciana, cuartana, estibotoñal y relacionarlas con el paludismo como lo hicieron griegos y romanos siglos más tarde. Entre los egipcios (papiro de Ebers, 1550 a J.C) se describe probablemente al gusano Taenia saginata y se prescribe tratamiento para eliminarlo. Moisés entre los israelitas y después de haber recibido instrucción médica con los sacerdotes, dictó leyes sanitarias para proteger a su pueblo de plagas de insectos y de la carne de animales infectados con "piedras" (Cysticercus cellulosae, metacéstodo forma larvaria de Tenia solium).
Pero quizá el nacimiento real de la parasitología se inicia en la época de Leeuwenhoeck con el invento del 
microscopio.
Las enfermedades parasitarias y su importancia socioeconómica.
Se sabe que las enfermedades parasitarias han producido a través de los tiempos más muertes y 
daño económico a la humanidad que todas las guerras juntas. Generalmente en los países con poco desarrollo socioeconómico es en donde las enfermedades parasitarias y la parasitosis se presentan con mayor frecuencia, viéndose favorecido esto por las condiciones climáticas cálidas o templadas y por la falta de cultura médica en el pueblo, ya que en los países desarrollados social, médica y económicamente, las enfermedades parasitarias han sido erradicadas o tienen muy poca significación.
Es importante señalar que alguna parasitosis transmitida por el 
suelo y por fecalismo (ascariosis, uncinariosis, tricocefalosis, amibiosis, giardiosis, etc.) no solo se presenta en climas cálidos sino inclusive en zonas templadas y aún en frías.
El impacto global de las enfermedades parasitarias en el mundo es muy importante ya que inciden de manera brutal sobre la 
salud, la esperanza de vida al nacimiento, y la productividad de millones de personas.
La prevalencia de la parasitosis está estrechamente vinculada a diferenciales climáticas, fenómenos demográficos y al desarrollo socioeconómico de las diferentes zonas del planeta. No es de extrañar que los protozoos y los helmintos patógenos sean parte de la vida cotidiana en los trópicos, sin ser privativos de ellos.
Debe considerarse que el 75% de la 
población mundial se encuentra establecida en países en desarrollo y que el 50% de la misma está constituida por personas menores de 15 años de edad, rango en que se presenta la mayor mortalidad por enfermedades infecciosas incluyendo las de etiología parasitaria. Ante la magnitud del problema, algunas instituciones y fundaciones en el mundo han destinado parte de sus recursos económicos y tecnológicos para el estudio de la parasitosis.
La República Mexicana, debido a su diversidad geográfica y al desigual desarrollo económico, presenta frecuencias variables de enfermedades parasitarias en las diferentes regiones.
Entre las principales causas de mortalidad en país, se observa que las defunciones por enfermedades infecciosas y parasitarias asociadas a naciones subdesarrolladas ocupan el 4to lugar. La mortalidad por enfermedades parasitarias es un problema común a los diferentes 
grupos etéreos, pero su magnitud destaca en la niñez, evaluándose en términos de muerte prematura y que repercute en Años de Vida Potencial Perdidos (AVPP) que es un valioso indicador para países en desarrollo pues otorga mayor importancia a las causas de defunción que inciden a edades tempranas.
Es importante señalar que las medidas iniciadas en 1991 para 
control del cólera se han visto recompensadas por una reducción significativa de enfermedades diarreicas bacterianas y parasitarias.
Dentro de la parasitosis en que juegan un papel los transmisores biológicos, el paludismo, sin duda, la más importante y sigue requiriendo de medidas preventivas y de vigilancia epidemiológica.
Impacto socioeconómico de las enfermedades parasitarias
El hecho de que un país tenga que sufrir enfermedades parasitarias con índices de frecuencia importancia, no solo es señal de facultad desarrollo, sino que además dichas parasitosis le están produciendo grandes pérdidas económicas al pueblo que las soporta.
En 
América Latina el problema del parasitismo es muy importante y de las parasitosis intestinales, en particular enorme, ya que las encuestas epidemiológicas realizadas por los distintos autores de los países Latinoamericanos así lo señalan, tanto de las protozoosis como de las helmintiasis, encontrándose con frecuencia poliparasitismo en un mismo individuo, con afectación principal de los preescolares y escolares.
En la República Mexicana las parasitosis producen muerte con relativa frecuencia ya que como se mencionó antes, la amibiasis ocupa el 4to lugar como causa de muerte en el Hospital General de la SSA en la ciudad de 
México y la cisticercosis también sigue ocupando un lugar preponderante.
La amibiasis producida por Entamoeba Histolytica se encuentra como causa de muerte entre el 4.9 y 12%, demostrado por las autopsias realizadas en adultos en las distintas instituciones hospitalarias del país y en el 4.2% en 
niños.
Este tipo de frecuencias de muerte por parasitosis, se extrapola a casi todos los países subdesarrollados o en vías de desarrollo ya que las condiciones ecológicas favorables para los parásitos, así como las condiciones socioeconómicas deficientes hacen que dichas enfermedades sean muy comunes y además los parásitos infecten al hombre en forma masiva,
haciendo que los cuadros clínicos que desarrollan sean más graves y las posibilidades de muerte aumenten en forma considerable.
Si las parasitosis se evalúan en términos económicos, se refleja la verdadera importancia que tienen para un país determinado. En general, los conceptos que se toman en consideración para efectuar dichas valoraciones son, entre otros: los 
gastos causados por atención médica, hospitalización, ausentismo en el trabajo, medicinas, pérdida de salario, defunción, etc., lo que expresado en dinero da una idea aproximada del problema.
Se podrían seguir mencionando ejemplos que señalen el impacto socioeconómico de las parasitosis, pero todos ellos nos llevarían a comprobar el elevado 
costo que tienen que pagar los países subdesarrollados por mantener a la multitud de especies de parásitos que generalmente existen en sus habitantes.
Es importante señalar que las costumbres de los pueblos hacen que aumenten o disminuyan algunas parasitosis, como por ejemplo la costumbre de no ingerir carne de cerdo parasitada por larvas de T. Solium que practican algunos pueblos del mundo como el israelita, hace que disminuyan o desaparezcan la teniasis, por el contrario la matanza clandestina de cerdos y la ingestión de carne con "zahuate", "granillo" o "tomatillo" (carne de cerdo cisticercosa) que con estos nombres la piden algunas personas del pueblo de México, por ser más barata y según dicen más sabrosa, incrementa las posibilidades de teniosis, y si además, se practica el fecalismo al 
aire libre, aumentan las posibilidades de adquirir cisticercosis
Es notorio que la simple práctica del lavado de manos antes de comer, así como lavado de frutas y verduras disminuyen considerablemente las parasitosis intestinales.

RAFAEL RANGEL        
 Fundador de la Parasitología en Venezuela, Rafael Rangel nació en Betijoque, estado Trujillo, el 25 de abril de 1877. Se graduó de Bachiller en Filosofía el 6 de agosto de 1896 en la Universidad del Zulia. Realizó estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela entre 1896 y 1898. No completó el segundo año de la carrera, ni se graduó de médico; sin embargo, el adiestramiento que tuvo en ese breve lapso de estudios, las lecciones que recibió del doctor Santos Aníbal Dominici, en el Instituto Pasteur de Caracas, donde fue su preparador y se familiarizó con la bacteriología y la microbiología técnica, haber sido externo en la Cátedra de Clínica Médica, dirigida también por el doctor Dominici en el Hospital Vargas y el desempeño que tuvo como preparador en las cátedras del doctor José Gregorio Hernández, entre el 16 de agosto de 1899 y el 1 de abril de 1903, quien le enseñó las técnicas de la parasitología microscópica, la coloración de microbios, la elaboración de medios de cultivo, y la inoculación de gérmenes patógenos en animales de laboratorio, facultaron a Rangel para recibir el nombramiento, el 18 de febrero de 1902, de jefe del Laboratorio de Histología y Bacteriología del Hospital Vargas, donde además de hacer los exámenes de rutina y ofrecer soluciones terapéuticas, desarrolló una corta pero fructífera carrera de investigación. Por sugerencia del doctor José Gregorio Hernández, una de las primeras líneas de estudio seguidas por Rangel fue el estudio de la estructura y fisiología del sistema nervioso. Su contribución de mayor impacto en la historia de la medicina, consistió en el análisis sistemático y detallado -fundamentándose en el estudio de casos- de la anquilostomiasis como causa de anemias graves en poblaciones rurales. En las deyecciones de pacientes y en la mucosa intestinal observó y el parásito Necator americanus y sus huevos. Esos hallazgos fueron sumamente útiles para establecer el tratamiento de la enfermedad. A fines de 1904, en un viaje a los llanos logró establecer la causa de la "derrengadera" o "peste boba" de los caballos al encontrar organismos unicelulares oTripanosomas en la sangre de animales afectados. Entre 1906 y 1907, cerca de Coro en el estado Falcón, diagnosticó correctamente como ántrax una enfermedad bacteriana conocida vulgarmente como el "grito de la cabra". En marzo de 1908, se presentó en el puerto de La Guaira una enfermedad infecciosa con carácter epidémico que produjo gran alarma en la colectividad porque se sospechaba que se trataba de peste bubónica. Rangel fue llamado para que averiguara lo que estaba pasando y como en un primer momento no logró aislar los agentes etiológicos, declaró que los enfermos no estaban aquejados de tan temida enfermedad. El regocijo de las autoridades sanitarias, reacias por las consecuencias económicas a declarar una cuarentena y cerrar el puerto, duró poco. En análisis sucesivos Rangel apreció, que efectivamente se trataba de un brote de peste bubónica y que por retardar el diagnóstico, la epidemia había tomado cuerpo causando defunciones que pudieron haberse evitado con las medidas preventivas que debieron ser tomadas desde un comienzo. Ese error diagnóstico, producto del apresuramiento, hizo que recayeran sobre Rangel acusaciones y desagrados que se confabularon para crearle un antagonismo social y político, que se acrecentó al perder la protección del Presidente Cipriano Castro, quien se ausentó del país en noviembre de 1908. A Rangel le fue negada una solicitud de beca para estudiar en Europa, sin defensa en el ámbito oficial, atacado por aquellos que pretendieron ser sus amigos y perdida la paz de su laboratorio, desarrolló una psicosis depresiva que lo condujo a suicidarse ingiriendo cianuro en el laboratorio a su cargo en el Hospital Vargas. Un fin trágico que sacudió el ambiente académico y la opinión pública, y que dio origen dos meses después, a una obra de teatro titulada "Sombras", original de Salustio González Rincones, escrita como un tributo a la amistad que existió entre Rangel y la familia del escritor. La presentación tuvo lugar en el Teatro Caracas, el 9 de octubre de 1909, ante una nutrida concurrencia. En el drama que se desarrolla en cuatro actos, el autor justificó el suicidio de Rangel con la actuación de personajes ficticios; pero obviamente con visos de realidad, a quienes responsabilizó de las circunstancias que precedieron la fatal determinación. Uno de esos personajes es un profesor de medicina que incrimina supuestamente al doctor José Gregorio Hernández en un comportamiento hostil en contra de Rangel. Sin embargo, una revisión ponderada de la relación entre Rangel y el doctor Hernández denota que la expresión teatral es infundada y que estuvo motivada por una distorsión de González Rincones. El doctor Hernández se ocupó de Rangel a su llegada de Betijoque en 1896, e influyó de manera pública y notoria, una vez que constató que éste poseía habilidades extraordinarias para el trabajo en el laboratorio, en el proceso de selección para escoger a los preparadores, de manera que lo designaran como asistente de sus cátedras. Esta fue una recomendación atinente, porque Rangel se convirtió en un técnico de primera bajo la influencia del doctor Hernández. Además, fue evidente en los círculos académicos de la época, que las enseñanzas recibidas por Rangel de su maestro fueron trasmitidas con esmero, de manera prolija y sin inconvenientes en la cátedra y el laboratorio. Rangel siempre reconoció en el Doctor Hernández un maestro, un apoyo y un estímulo. Prueba de ello fue que en 1904 le dedicó uno de sus más connotados trabajos sobre el anquilostomo y en l906, siendo jefe del Laboratorio del Hospital Vargas acudió a él para hacerle consultas sobre un trabajo conjunto con A. Minguet Letteron sobre el carbunclo. El 1 de junio de 1973, la Cátedra y el Servicio de Psiquiatría del Hospital Vargas, convocaron a un connotado grupo de médicos y psiquiatras, para discutir, basándose en una charla del doctor Marcel Roche, las causas del suicidio de Rafael Rangel. Los asistentes coincidieron en afirmar, que no obstante, la contribución que hizo a la historia de la medicina, la cual lo califica como el fundador de la Parasitología en Venezuela, Rangel sufría de una psicosis depresiva que por factores políticos y sociales hizo crisis en los días que antecedieron su trágica y prematura muerte.

Alexander von Humboldt
(Berlín, 1769-id., 1859) Naturalista y explorador alemán. Recibió una excelente educación en el castillo de Tegel y se formó intelectualmente en Berlín, Frankfurt del Oder y en la Universidad de Gotinga. Apasionado por la botánica, la geología y la mineralogía, tras estudiar en la Escuela de Minas de Freiberg y trabajar en un departamento minero del gobierno prusiano, en 1799 recibió permiso para embarcarse rumbo a las colonias españolas de América del Sur y Centroamérica.
Acompañado por el botánico francés Aimé Bonpland, con quien ya había realizado un viaje a España, recorrió casi diez mil kilómetros en tres grandes etapas continentales. Las dos primeras en Sudamérica, desde Caracas hasta las fuentes del Orinoco y desde Bogotá a Quito por la región andina, y la tercera por las colonias españolas en México.
Como resultado de su esfuerzo, logró acopiar cantidades ingentes de datos sobre el clima, la flora y la fauna de la zona, así como determinar longitudes y latitudes, medidas del campo magnético terrestre y unas completas estadísticas de las condiciones sociales y económicas que se daban en las colonias mexicanas de España. Entre 1804 y 1827 se estableció en París, donde se dedicó a la recopilación, ordenación y publicación del material recogido en su expedición, contenido todo él en treinta volúmenes que llevan por título Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente.
Alexander von Humboldt (1769-1859)
Federico Guillermo Enrique Alejandro de Humboldt nació en Berlín (Alemania) el 14 de septiembre de 1769 en el seno de una familia de la nobleza prusiana.
Alejandro, al igual que su también famoso hermano Guillermo, recibió una educación esmerada y dirigida por profesores privados muy notables. Durante su adolescencia recibe clases de Filosofía, Física, Idiomas, Grabado y Dibujo. Para complacer los deseos de su madre, estudió también Administración. Poco más tarde tiene como guía al naturalista Blumenbach y estudia Botánica con Willdenow. En esa misma época conoce a Jorge Foster, quien le transmite las ideas liberales de su tiempo.
En 1793, Humboldt es designado Superintendente de Minas, después de haber estudiado durante dos años en la Academia de Minería de Freiberg. En ese mismo año publica su primer trabajo sobre Flora subterránea. En 1795, colecciona plantas en los Alpes y un año más tarde se retira de la Administración prusiana, al heredar de su madre una fortuna.
Durante el año de 1797 estudia Astronomía con von Zach y Kohler y viaja hacia Francia, deseoso de emplear su herencia en viajes de investigación y publicaciones. En París, conoce a los notables científicos Cuvier, Laplace, Berthollet y Delambre. También hace amistad con un joven y talentoso botánico y cirujano francés: Aimé Bonpland, con quien se asocia en sus planes de viaje.
Humboldt y Bonpland, después de ver frustrados varios proyectos, deciden viajar a España en marzo de 1799, con el objeto de pedir permiso al Rey Carlos IV para viajar a las colonias españolas en América. La Corte de Aranjuez le concede a Humboldt un amplio pasaporte y, el 5 de junio de 1799, zarpa del puerto La Coruña (España) la corbeta "Pizarro", llevando a los posteriormente famosos naturalistas.
La travesía por el Atlántico se prolongó durante 40 días, incluyendo una escala en las Islas Canarias, que aprovecharon los viajeros para realizar una excursión al Pico del Teide y efectuar otros estudios locales.
Rumbo a Venezuela
La primera etapa del viaje tenía como destino la Isla de Cuba, pero una epidemia a bordo obliga al Capitán de la nave a dirigirse a Cumaná, puerto más cercano en la Tierra Firme, adonde llegan el 16 de julio de 1799.
Fascinados por las bellezas de las costas de Venezuela, deciden adentrarse en el país y casi dos meses después de permanecer en Cumaná y sus alrededores, el 4 de septiembre de 1799, se internan en el Valle de Cumanacoa y llegan a la antigua misión de San Fernando. Pernoctan allí y atraviesan luego las faldas del Turumiquire, hasta llegar al Valle de Caripe.
Tuvieron que luchar contra una naturaleza hostil e hicieron el viaje por el Macizo Oriental en mulas o a pie en condiciones laboriosas, si se toma en cuenta que tenían que colectar y estudiar plantas, animales, rocas y otras muestras, además de transportar pesados y delicados instrumentos de medición.
En Caripe (Estado Monagas), se hospedan en un convento de frailes aragoneses durante una semana y el 28 de septiembre de 1799, exploran la famosa Cueva del Guácharo en 472 metros de profundidad, convirtiéndose así Humboldt en el precurso de la Espeleología científica de América Latina. También para la Ornitología, Humboldt aporta allí una valiosa contribución, al descubrir un nuevo género y especie de ave:Steatornis caripensis, popularmente llamada "Guácharo". Humboldt hizo excelentes dibujos de este animal al salir de la gruta, utilizando dos guácharos que había matado Bonpland.
Siguieron por la ruta de Santa María hacia el Golfo de Cariaco. En Cariaco, se embarcaron de nuevo hacia Cumaná, ciudad que abandonaron el 18 de noviembre de 1799 con destino a Caracas, donde permanecieron alrededor de dos meses y el 2 de enero de 1800 efectuaron la primera excursión científica a la Silla de Caracas. En esa ocasión los acompañó un joven más tarde notable: Andrés Bello.
El 7 de febrero de 1800 se internan por los Valles de Aragua. Visitaron Valencia y Puerto Cabello, regresaron luego a Villa de Cura, para recorrer los Llanos de Calabozo. El 27 de marzo de 1800 llegan a San Fernando de Apure y el 1ro. De abril entran en la confluencia del Apure con el Orinoco. Humboldt realizó experimentos sobre las descargas eléctricas producidas por los peces tembladores de los ríos de los llanos venezolanos, los cuales fueron de gran utilidad para el conocimiento de la Electrofisiología.
Uno de los objetivos más importantes del viaje de Humboldt, según, él, era el tratar de verificar científicamente, si existía o no una comunicación natural entre las hoyas hidrográficas de los ríos Orinoco y Amazonas. La existencia del Casiquiare, ese gran brazo de agua de más de 300 kilómetros de curso, había sido afirmada o negada durante muchos años y Humboldt quería comprobar cuál era la verdad científica al respecto.
Los viajeros remontaron, durante todo el mes de abril de 1800, el curso medio del Orinoco y llegaron el 7 de mayo a San Carlos de Río Negro, el punto más austral del viaje por Venezuela. Durante tres días estuvieron en la aldea de San Carlos de Río Negro, región próxima al ecuador terrestre, y una de las más interesantes del Mundo desde el punto de vista climatológico, porque allí convergen los vientos alisios y se forman las llamadas "calmas ecuatoriales" o "zona de convergencia intertropical", que origina gran inestabilidad atmosférica y marcada nubosidad y pluviosidad. Humboldt, sin contar con los recursos modernos de la Climatología, hizo importantes observaciones sobre la masa de aire ecuatorial y aportó valiosos datos para el conocimiento de la misma.
De San Carlos de Río Negro siguieron hacia la desembocadura del Casiquiare el 10 de mayo de 1800 y navegaron por el mismo durante once días, hasta entrar nuevamente en el cauce del Orinoco, demostrando así la comunicación entre las cuencas de los ríos Orinoco y Amazonas.
Humboldt contribuyó al desarrollo de la Cartografía moderna al levantar mapas físicos de algunas de las regiones visitadas de América. En el mapa del Casiquare, por ejemplo, incluye las formaciones vegetales, las fechas de su itinerario y los puntos en donde hizo observaciones astronómicas. Fue el primero en trazar las "líneas isotermas" que actualmente se utilizan en los mapas climáticos y que indican las temperaturas en todos los lugares, en un momento dado.
Durante todo el viaje por el Nuevo Continente, Bonpland y Humboldt recolectaron numerosas plantas y estudiaron más de un millar de especies. Humboldt también se interesó mucho en la distribución geográfica y altitudinal de las plantas (Fitogeografía), levantando perfiles de mapas sobre la distribución de diversas asociaciones vegetales. En sus viajes descubrió un principio ecológico importante, qe es el de la relación que hay entre la latitud y la altitud, al describir que subir una montaña en el trópico es análogo a viajar desde el Ecuador hacia el norte o hacia el sur, en términos de clima y vegetación.
Ellos fueron menos afortunados en la recolección de especímenes zoológicos. Muchos de los ejemplares no pudieron ser colectados o preservados y algunos envíos que hicieron a Europa se extraviaron. Afortunadamente, sus amplias descripciones y excelentes dibujos de campo, permitieron publicar con validez algunas especies nueva, como el "Mono chucuto" (Cacajao melanocephala) del Casiquiare y el pájaro "Guácharo" (Steatornis caripensis) del Valle de Caripe.
De regreso por el Orinoco, llegan a Angostura (hoy Ciudad Bolivar) y se dirigen por tierra hacia Píritu y Barcelona. De allí se trasladan por tercera vez a Cumaná.
Las observaciones de Humboldt sobre la sismicidad de Cumaná y sus posibles relaciones con la actividad volcánica en algunas islas de las Antillas, son de escaso valor científico para la Seismología y Vulcanología actual. En cambio, sus estudios sobre un eclipse de sol en Cumaná y otras observaciones astronómicas son de gran importancia.

LUIS RAZETTI
Luis Razetti nació en Caracas, Venezuela, el 10 de Septiembre de 1862. Fue bautizado en la Iglesia Catedral con el nombre de Luis María Francisco Nicolás de Jesús, siendo hijo de Don Luigi Razetti, un comerciante de Génova, Italia y de Doña Emeteria Martinez Sanz, quien era nieta del Lic. Miguel José Sanz, tutor del Libertador Simón Bolívar. Además de Luis, quien era el hijo mayor, el matrimonio Razetti-Martinez Sanz tuvo dos hijos: Enrique y Ricardo. Los hermanos de Luis fueron ingenieros, siendo que Enrique falleció muy joven en 1892 y Ricardo le sobrevivió a Luis hasta 1932. Siendo muy niño, el padre de Luis Razetti viaja a Italia para no volver nunca más a Venezuela, por lo que Doña Emeteria se encarga del cuidado y la educación de sus hijos. Se dice, que una vez, Luis Razetti escribió todo lo que soy se lo debo a ella.
Estudió su primaria en la Escuela Niño Jesús y luego realizó su bachillerato en la Universidad Central de Venezuela, donde obtiene el grado de Bachiller en Fllosofía el (13 de julio de 1878). Inmediatamente comienza, en la msima Universidad Central de Venezuela, sus estudios en Medicina obteniendo el titulo de Doctor en Medicina y Cirugía el (4 de agosto de 1884), a un mes para cumplir los 22 años de edad. Así, a los pocos días viajó al interior del país, donde desempeñó sus primeros ejercicios profesionales, particularmente, en los estados Lara, Zuliay en los Andes, regresando a Caracas al cabo de 5 años (1884/1889).
En 1890 se trasladó a París donde efectuó sus estudios de postgrado (1890/1893), especializándose en cirugía y obstetricia. La influencia de la escuela francesa, predominante para entonces, marcó una profunda y permanente huella en su pensamiento, aún cuando no dejó de inspirarse en otras fuentes, lo cual está patente en su admiración por Santiago Ramón y Cajal, Charles Darwin y Ernst Haeckel. Regresó a Caracas en Diciembre de 1892 a continuar con su ejercicio profesional, el cual ejerció en su ciudad natal, Caracas, hasta su fallecimiento. En 1897 contrae matrimonio con la señorita Luisa Amelia Díaz Guardia, sin embargo, Luis Razatti no tuvo hijos.
Luis Razetti contribuyó decisivamente con el progreso en el campo de la medicina venezolana de su época, realizando importantes aportes, de forma sistemática y organizada, por lo que muchos de sus seguidores y discipulos de aquél entonces, así como médicos contemporáneos, le atribuyen ser el impulsor del «renacimiento de la medicina venezolana». Entre sus aportes más destacados podemos mencionar, en orden cronológico los siguientes: la fundación de la Sociedad de Médicos y Cirujanos de Caracas (1893); el establecimiento de la enseñanza clínica en la Universidad Central de Venezuela; el establecimiento de los concursos del internado y externado de los hospitales (1895); la reforma de las cátedras de Anatomía y de Medicina Operatoria (1895/1896); la fundación del Colegio de Médicos de Venezuela (1902); la fundación de la Academia Nacional de Medicina (1904), de la cual Luis Razetti fue secretario perpetuo; la creación del Congreso Venezolano de Medicina (1911) y la fundación del Instituto Anatómico (1911). Luis Razetti se caracterizó por ser un profesional polifacético.
Como cirujano comparte junto al Dr. Pablo Acosta Ortiz la gloria de ser uno de los fundadores de la cirugía moderna en Venezuela. El hospital Vargas fue el escenario por excelencia de su actuación quirúrgica, respaldada por su condición de profesor jefe de la cátedra de Clínica Quirúrgica. En su extensa estadística operatoria, destacan varias intervenciones quirúrgicas realizadas por primera vez en el país. Razetti fue además, el introductor de una multitud de técnicas y empleo de instrumentos quirúrgicos. Entre su bibliografía quirúrgica sobresalen su libro Lecciones y notas de cirugía clínica y sus trabajos sobre apendicitis, perforaciones intestinales tíficas, eclampsiapuerperal y la operación cesárea. Fue el fundador, en 1911, de la primera clínica privada que se estableció en Caracas para la hospitalización de enfermos y ejecución de operaciones de alta cirugía. Su hermano, Ricardo Razetti fue el ingeniero proyectista y constructor de dicha clinica, la cual se conoce, hasta el día de hoy, como "Policlina Luis Razetti".
Como profesor, se dedicó a la docencia durante más de la mitad de su vida; impartiendo a lo largo de dieciséis años, la cátedra de Anatomíay desde 1914 hasta su muerte, la cátedra de Clínica Quirúrgica. Además, dictó cátedras de Patología Externa y Medicina Operatoria y Obstetricia. Por el gran alcance de su labor educativa y por el sobresaliente número de discípulos que llegó a formar, fundó una escuela propia en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. En 1908, desempeñó el rectorado de la Universidad Central de Venezuela (había sido vicerrector en 1901) y en 1909, se desempeñó como senador por el estado Zulia. Como médico en función social, fue un higienista autodidacta y en una época, en la que aún no existía el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, llevó a cabo campañas contra el alcoholismo, la tuberculosis, la prostitución, las enfermedades venéreas, la mortalidad infantil y el cáncer.
El Instituto Oncológico de Caracas fue bautizado con su nombre en su honor. Sus publicaciones, entre ellas el Manual del antialcoholismo y La cruzada moderna, testimonian su papel de pionero. En 1924, la denuncia que hizo de la excesiva mortalidad infantil le costó un exilio de casi un año en Curazao. Por otra parte, como biólogo, Luis Razetti realizó una tarea esencialmente divulgadora, ya que, junto con Vicente Marcano, David Lobo, Elías Toro y Guillermo Delgado Palacios, formó parte de las primeras oleadas del positivismo biológico en Venezuela. En 1904, sostuvo una intensa polémica acerca de la legitimidad de la doctrina de la descendencia, la cual despertó reacciones contrarias de algunos miembros de la comunidad científica y en especial la del Dr. José Gregorio Hernández. La Doctrina de la Descendencia y ¿Que es la Vida? son libros de su autoría, escritos como resultado de dicha polémica. Tal vez, haya sido, en ese sentido, el más polémico y vanguardista de los médicos venezolanos. Su nombre es también sinónimo del Código de Moral Médica, publicado en 1928, de repercusión continental.
Junto con el Dr. José María Vargas y el Dr. José Gregorio Hernández (quien es también muy recordado por su gran vocación religiosa), el Dr. Luis Razetti se destaca entre los más importantes valores de la medicina venezolana. Sus restos reposan en el Panteón Nacional de Venezuela, en Caracas, desde el 23 de junio de 1982.
Dr. Félix Pifano 
El Instituto de Medicina Tropical, sede reconocida no sólo en Venezuela sino internacionalmente, fue fundado por el ilustre Dr. Félix Pifano Capdevielle, quien posee una brillante trayectoría en la investigación científica y en la docencia médica.
Félix Pifano nace en San Felipe, estado Yaracuy, el 1 de mayo de 1912. Es hijo de Carmelo Pifano, inmigrante italiano, quien fue comerciante para la firma Rizutti Hermanos y Josefina Capdevielle, nativa de Yaracuy, quien era hija de un comerciante francés, Domingo Capdevielle y Emilia Puyano. Desde niño, Félix Pifano mostró gran interés por el arte y por la naturaleza. Como dice su amigo Manuel Rodríguez Cárdenas en su escrito Félix Pifano y su Recuerdo, refiriéndose a las clases de piano que Pifano recibía: "A eso agregó lo suyo, lo que tenía por dentro. Y el resultado fue una habilidad excepcional para tocar al piano los viejos valses de la tierra..."
El Dr. Félix Pifano ha sido un hombre influenciado por distintas culturas, con padre italiano, abuelo francés y madre venezolana. Desde niño tuvo la oportunidad de entrar en contacto con la cultura europea al visitar con su familia a Italia y conocer el pueblo natal de su padre.
Félix Pifano inicia sus estudios de primaria en el Colegio Padre Delgado, culminándolos en la Escuela Montesinos, sede que tranca sus puertas por orden del presidente de la República, y se ve obligado a cursar el bachillerato en el Colegio La Salle de Barquisimeto. Félix Pifano en una entrevista afirma: "tuve como profesor de biología al Hermano Atanasio, quien representó para mí el hombre que ayudó a incorporarme al conocimiento de las ciencias naturales". Debido a la influencia que ejerce sobre él este profesor, realizó su tesis de bachillerato sobre el estudio de las serpientes ponzoñosas del estado Yaracuy (1929), trabajo que quedó como contribución en su tierra natal.
Una vez finalizado sus estudios de bachillerato viaja a Caracas para comenzar su carrera universitaria, pero en vista de que el General Juan Vicente Gómez cerró la Universidad Central de Venezuela, no ingresa ese año (1928) sino en 1929. Félix Pifano poseía un gran interés por la biología, pero para ese entonces esta carrera no existía y decide estudiar medicina. Para cumplir con sus sueños, comienza su labor docente en el año 1932 como profesor de Biología en el Liceo San José en Los Teques. Se gradúa el 27 de julio de 1935 a la edad de 23 años recordando con mucho orgullo que su título de Médico lo firmó el Ministro de Educación de ese momento, el Dr. Arturo Uslar Pietri.
Debido a su gran pasión por su tierra natal y al gran interés en ayudar al prójimo, Pifano regresa a Yaracuy donde tiene el honor de trabajar junto al Dr. Enrique Tejera, fundador de la Cátedra de Medicina Tropical en febrero de 1926. Félix Pifano expresa en una entrevista realizada por el Dr. Pedro Navarro: "Comencé muy joven, a los 23 años, trabajando la medicina rural en mi estado Yaracuy, diagnosticando y tratando las enfermedades endémicas que llegaban a mi consulta. En eso pasé mi juventud, entusiasmado por el servicio a los necesitados y por las ganas de resolver la problemática de salud de los pacientes solicitantes". Es de esta forma como el ilustre Félix Pifano comienza a dar grandes aportes a la Medicina Tropical. Citando las palabras de su amigo Manuel Rodríguez Cárdenas, quien desde una visión externa describe la decisión de Félix Pifano de trabajar en Medicina Tropical, de la siguiente manera: "entre todas las ramas del saber, él escoge la que pasa más cerca del dolor de su pueblo, esa patología tropical que encierra el problema directo del hombre y de la mujer humilde, del campesino y su hijo, del rancho y la desnutrición, de la terrible angustia de morir sin remedio, sin asistencia, en manos de curanderos y brujos; el dolor, en fin, extenso y vasto, que Pifano comenzó a comprender en el contacto diario con las gentes humildes de su pueblo".
Estando en llano adentro logró establecer la relación entre la enfermedad, el animal, el hombre y el medio ambiente, todos ellos en inevitable interacción. De esta forma sus investigaciones se inclinaron a ser más interpretativas que descriptivas realizando análisis ecólogico, epidemiológico y clínico de las patologías. Como refiere el mismo Pifano en la entrevista, realizada por el Dr. Navarro: "Trabajando a brazo partido por los campos de Yaracuy, tratando leishmaniasis, tuberculosis, diarreas, parasitosis intestinales y paludismo que mataban a niños y a sus progenitores. El Dr. Arnoldo Cabaldón me invitó en 1938 a un viaje por Centro América para ver el trabajo de la Fundación Rockefeller en Costa Rica y los estudios que se realizaban en el Canal de Panamá, donde la gente moría de fiebre amarilla y apludismo. Permanecí durante varios meses en la región centro-americana y al regreso Gabaldón me propuso trabajar en Malariología del estado Yaracuy. Gabaldón era el director de Malariología de Venezuela y comandaba la lucha antimalárica en el país. Fui soldado de esa campaña para erradicar la endemia en Venezuela".
Félix Pifano en 1939, se desempeña como protozoólogo en el Instituto Nacional de Higiene, trabajando en compañía del Dr. Martín Mayer con quien funda en 1940 la Sección de investigación. Pifano afirma: "Con Mayer aprendió la metodología científica, la disciplina técnica, el análisis crítico, la claridad sintética y el rigor autocrítico".
Por su gran afán de transmitir sus conocimientos participa en el concurso de la Cátedra de Medicina Tropical en 1941 obteniendo el cargo y realizando su carrera docente universitaria hasta llegar a profesor titular (1941), sin abandonar sus estudios experiementales sobre aquellas enfermedades de alta incidencia en Venezuela. Junto con sus colaboradores realiza estudios clínicos, de laboratorio y de campo en las regiones selváticas y rurales del país, destacándose sus investigaciones sobre: enfermedad de Chagas, tripanosomiasis rangeli, leishmaniasis tegumentaria y visceral, amibiasis intestinal y hepática, esquitosomiasis, oncocercosis, micosis sistématicas, carencias nutricionales y animales ponzoñosos.
Félix Pifano, siempre consecuente, nunca paralizó sus actividades, pero durante la dictadura de Pérez Jiménez, por haber firmado un documento elaborado por Uslar Pietri donde reclamaba respeto por la autonomía universitaria, se va a México para cursar estudios en Cardiología, donde se consigue con varios exiliados políticos y aprovecha para intercambiar conocimientos y escribir varios documentos científicos.
En la entrevista con el Dr. Navarro, Félix Pifano comenta: "Regresé a la caída de Pérez Jiménez y poco después se crea el Instituto de Medicina Tropical, durante el gobierno de Rómulo Betancourt. Organicé las cátedras del Instituto y fui a Brasil a establecer un convenio de intercambio con el profesor Carlos Da Silva Lacaz para enviar profesores de Medicina Tropical".
Durante la década de los sesenta, estudió los parásitos causantes de la leishmaniasis tegumentaria en americana y propuso la existencia de dos complejos: el de Leishmania brasiliensis y el Leishmania pifanoi. Las conclusiones que el obtuvo con estos estudios fueron publicadas en los Archivos Venezolanos de Medicina Tropical en 1960 bajo el título "Aspectos Inmunológicos de la Leishmania tegumentaria en la región neotrópica, con especial referencia a Venezuela".
El emérito Félix Pifano, llevó una vida llena de logros tras duros esfuerzos, mereciendo un sin número de reconocimientos y condecoraciones. Las que más se destacan son las siguientes: laureado de la Academia Nacional de Medicina (París) por sus trabajos en epidemiología de las enfermedades de los países cálidos (1949); Orden del Libertador con el grado de Caballero(1953); Orden de Andrés Bello en su primera y segunda clase; Orden del Libertador con grado de Comendador (1970) y Condecoración 27 de junio en primera y segunda clase; Premio "Rafael Rangel" del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, CONICIT (1977) y Premio Nacional de Ciencia que otorga el CONICIT (1996).
El Dr. Félix Pifano ha tenido una gran trayectoria no sólo en el aula, como muchos médicos lo recuerdan, sino también como investigador y como excelente persona. Con su gran esfuerzo y constancia ha registrado más de 200 trabajos científicos sobre enfermedades endémicas venezolanas y latinoamericanas. Como docente, ha formado 16.500 médicos con la esperanza que vean a su país con el amor y pasión como lo hizo él. Entre 1947 y 1990 dirigió el Instituto de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de la UCV y que actualmente lleva su nombre. Fue decano de esta Facultad entre 1944 y 1946.
Félix Pifano es: Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina del Brasil, Miembro de la Academia de Ciencias de Brasil, Individuo en la Clase Correspondiente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, Miembro de la Academia Nacional de Medicina de Colombia, Miembro del Comité de Expertos en Enfermedades Parasitarias de la OMS, Miembro de la Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene (Londres), Miembro del Comité Internacional de Leishmaniasis de la OMS, Miembro del Comité Internacional de Bilharziosis de la OMS y Miembro de la Sociedad Internacional de Dermatología Tropical.
A sus 90 años, se encontraba delicado de salud pero tranquilo en su residencia, acompañado de su querida esposa doña Angelita Cordido de Pifano y de sus cuatro hijos: Edmundo, Hernán, Alicia y Emilia, quienes le han dado 10 nietos, el mayor de los cuales se llama Félix Pifano, en homenaje a su abuelo. En familia recordaba sus buenos tiempos y sus merecidas condecoraciones, teniendo fe en un futuro que según él, no estaba tan claro por la terrible situación que acoge al país actualmente. Sólo queda esperar que este gran ilustre venezolano toque muchos corazones e inspire a mucha gente para seguir de cerca sus pasos.
Falleció el 8 de agosto de 2003. La Eternidad para el Maestro Pifano.

JACINTO CONVIT
Hijo de un inmigrante español de origen catalán nacionalizado venezolano Francisco Convit y Martí y de madre venezolana Flora García Marrero, de origen canario, nació en la Parroquia La Pastora, Municipio Libertador de Caracas. Inició sus estudios en el Liceo Caracas.
Cursó el bachillerato en el Liceo Andrés Bello, alumno destacado del gran maestro Rómulo Gallegos en la cátedra de Filosofía y Matemáticas, del que afirmó “Qué buenos recuerdos, un profesor ejemplar de talante visionario”.
En 1932 ingresó a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela donde obtuvo el título de Doctor en Ciencias Médicas en1938.
Una invitación le cambiaría la vida y demarcaría su destino en el año 1937, el doctor Martín Vegas conocido pionero en los estudios sobre la lepra dio a conocer a Convit, la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, la cual albergaba a cientos de pacientes afectados por lacería o lepra.
En aquel tiempo esta enfermedad era el causal del prejuicio más arraigado dentro de la sociedad, a los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales, imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos.
La compasión y el querer por los pacientes no tuvieron límites en Jacinto Convit, quien unió esfuerzos junto a seis médicos venezolanos y dos italianos, para encontrar la cura a esta enfermedad.
Luego de varias investigaciones con el único remedio empleado en estos pacientes, el aceite de Chaulmoogra, pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó el cierre de las conocidas leproserías donde los enfermos eran encerrados y vejados en su condición humana.
En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación2 al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra,2 la cual resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae. Un año antes de esta nominación, Convit recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
28 Feb 2011 Es condecorado con La Legión de Honor, la más alta distinción honorífica de la República Francesa.
En el 2011,2 a sus 98 años, lidera un equipo que desarrolla en el Instituto de Biomedicina, una autovacuna contra el cáncer de seno, estómago y colon, el procedimiento es basado en exploraciones con inmunoterapia. En conjunto con especialistas de la Universidad Central de Venezuela es responsable de la elaboración de este tratamiento experimental.

J. V. SCORZA
Luego de vivir en Acoria (Huancavelica) regresa a Lima, lugar de su nacimiento. Realizó su formación escolar en el Colegio Militar Leoncio Prado, el mismo donde estudiaron también el novelistaMario Vargas Llosa y el periodista César Hildebrandt , entre otros. En 1945 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y comenzó una etapa de febril actividad política.
En 1948, a los 20 años, Scorza se vio obligado a salir del país en calidad de exiliado tras el golpe de estado del general Odría y la implantación de la dictadura. Se estableció en París, Francia, donde aprendió francés y obtuvo un trabajo de cierto prestigio: lector deespañol en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud.
Muchos de los versos que integrarían su primer poemario, Las imprecaciones (1955), son fruto del desconsuelo en que se hallaba inmerso. No volvió al Perú hasta el fin de la dictadura, diez años después. Sin embargo, fue en su obra narrativa, de la que Alejo Carpentier fue uno de sus maestros, donde Scorza encontró el espacio ideal para explayarse sobre los problemas sociales del Perú.
Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de los campesinos para recuperar sus tierras. Las demás novelas que componen este ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de cuarenta idiomas, se ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este siglo.
En 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central y en virtud a su activa participación a través de un movimiento político indigenista, tuvo que abandonar de nuevo el país. Llevó consigo dos manuscritos: El vals de los reptiles y Redoble por Rancas, un poemario y una novela respectivamente, ambos de 1970.
En 1981 fue el primero de una lista de escritores de fama internacional que el diario Il Mattino había invitado a Nápoles para que escribieran una serie de artículos sobre la ciudad que un terremoto había vuelto a asolar tras un leve resurgimiento en los años 1980. En 1983 y después de haber publicado en febrero de ese año su última novela, La danza inmóvil, que significaba una ruptura radical con el ciclo de "La guerra silenciosa", el Boeing 747 Vuelo 11 de Avianca en el que iniciaba viaje rumbo a Bogotá junto a otros intelectuales para participar en un congreso que pretendía hacer balance de la cultura hispanoamericana, se estrelló contra una colina en su aproximación al aeropuerto de Madrid.

ARNOLDO GABALDON
Arnoldo Gabaldón nació en la ciudad andina de Trujillo, hijo de Joaquín Gabaldón y Virginia Carrillo Márquez. Se graduó de pregrado en filosofía en 1928 y para 1930 obtuvo el doctorado en ciencias médicas en la Universidad Central de Venezuela. Luego, en Hamburgo (Alemania) completó una especialidad en el Instituto de Enfermedades Tropicales, viajando posteriormente en 1935 a Estados Unidos en calidad de becario de la Fundación Rockefellerpara obtener un doctorado de la Universidad Johns Hopkins en ciencias de higiene con mención especial en protozoología. De regreso a Venezuela es nombrado para presidir la recién creada Dirección Especial de Malariología del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, puesto que ocupó hasta 1950.
Bajo la dirección de Gabaldón, Venezuela se convirtió en el primer estado que organizó una campaña a escala nacional contra la malaria, mediante la utilización del DDT, lo que conllevó a ser los primeros en alcanzar la erradicación de esa enfermedad en una gran área de extensión de la zona tropical.
Gabaldón había adquirido tal fama en su país que en 1951 fue uno de los candidatos a sustituir al recién asesinado presidente de la República, Carlos Delgado Chalbaud.  Continuó asesorando la Dirección General de Malariología hasta su jubilación en 1973.

González Rincones, Rafael
San Cristóbal (Edo. Táchira)  12.2.1885 _Caracas, 13.4.1958
Médico, investigador, empresario y político. Hijo de Carlos González  Bona, fundador de la Compañía Petrolia del Táchira     y de Soledad Rincones, hermana de Pedro Rafael Rincones, otro de los socios fundadores de dicha empresa. Hermano de Pedro González  Rincones. Practicante de la Cruz Roja durante el sitio de San Cristóbal (1899), inicia sus estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela. Interno de los hospitales civiles del Distrito Federal (1902), es administrador del Boletín de los hospitales de Caracas y director de la Revista de la Sociedad Vargas de Estudiantes de Medicina (1905). Graduado como doctor en ciencias médicas (1906), se traslada a Europa (1906-1912). Estudia en París para optar al grado de médico colonial (1910) y en Londres asiste a los servicios de Cirugía y Otorrinolaringología en el Saint Bartholomew Hospital. En 1911, presenta el examen de médico legalista en la Universidad de París y sigue el curso del Instituto Pasteur, bajo la dirección de los profesores Roux, Metchnikoff, Borel y Laveran. A su regreso a Caracas (1912), es puesto al frente del laboratorio de Bacteriología de la oficina de Sanidad Nacional donde introduce en Venezuela la vacunación gratuita antitífica. Director de la Oficina de Sanidad (1913-1915), diputado por el estado Táchira  (1914) y senador por ese mismo estado (1915). Es nombrado ministro de Instrucción Pública (1917-1922). Junto con Roberto Ramírez y Lucio Baldó Soulés es uno de los promotores de la Compañía Venezolana del Petróleo (CVP, 1923-1924), empresa encargada de adquirir las «reservas nacionales» de Hidrocarburos para revenderlas al mejor postor, permitiéndole así a Juan Vicente Gómez y a su familia enriquecerse directamente con el negocio de concesiones petroleras. Senador por el estado Táchira  (1931), de julio de 1931 a diciembre de 1935, ocupa nuevamente la cartera de Instrucción Pública. Dueño de una cuantiosa fortuna, González  Rincones es el propietario de la hacienda La Trinidad, cerca de Baruta (hoy urbanización La Trinidad de Caracas). Es autor de varios trabajos sobre parasitología, entomología y bacteriología. Individuo de número de la Academia Nacional de Medicina (1915) y Matemáticas  (1934).   
LILIANA MORALES JUSTO.
ALEJANDRA RAMOS VIDAL.
ANDRES SANCHEZ DORANTES. 


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