Entamoeba coli
La Entamoeba
coli es una ameba fácilmente enconrada en los
intestinos de algunos animales, incluido el hombre. Se presenta tanto en
sujetos sanos como en enfermos, frecuentemente en forma comensal.
Es una especie de parásitos mayormente no patógena del género Entamoeba que es de importancia
clínica. Primero, porque a una persona sana no le causará ningún daño o
malestar, pero si las defensas naturales corporales están bajas o en
casos de mala nutrición, sí causará daño. Segundo, es importante
en medicina, porque a menudo es confundida durante la examinación microscópica de heces, con la especie
patogénica Entamoeba historietica. Aunque esta última diferenciación entre las dos
especies es típicamente hecha por examinación visual de los quistes del parásito con el microscopio de luz, se han
desarrollado nuevos métodos y técnicas para facilitar la distinción.
La presencia de E. coli no debe ser, en sí, una causa para buscar tratamiento
médico por ser inofensiva. Sin embargo, esta ameba propicia la proliferación de
otras amebas en el interior del organismo que se encuentre, así como puede ser un indicio de
que otros organismos patógenos hayan sido consumidos conjuntamente. En muchas ocasiones es confundido (por su
abreviación E. Coli) con Escherichia coli.
Ciclo de vida
A lo largo de su vida presenta varias etapas, las
cuales dependen de los nutrientes (o ausencia de estos) en el medio que lo
rodea.
Trofozoito
Se presenta como una masa ameboide, incolora, que mide de 15 a 50 μm. Sus movimientos
son típicamente lentos, con formación de seudópodos anchos, cortos y con escasa progresión. En el
interior de su endoplasma se pueden apreciar algunas vacuolas digestivas que generalmente contienen bacterias en su interior.
TROFOZOITO:
preparación teñid con hematoxilina férrica
Prequiste
Al prepararse para el enquistamiento, el trofozoito
expulsa de su citoplasma los alimentos no digeridos y su contorno se vuelve
más esférico.
Quiste Inmaduro
En este estado se empieza a secretar una membrana
protectora resistente que recubre la célula de los
medios externos desfavorables. Al mismo tiempo se empieza a crear una vacuola
conteniendo glucógeno.
Quiste Maduro
El núcleo se divide 3 veces alcanzando el número de 8
núcleos, a diferencia de los quistes de E.
historietica, el cual no tiene más de 4 núcleos. En el citoplasma del quiste maduro se observan espículas o masas irregulares llamadas cromátides. Se observa nuevamente la vacuola con glucógeno.
QUISTE:
preparación coloreada con hematoxilina ferrica
Metaquiste
La capa es lisada y desgarrada, escapando la masa octanucleada. El
citoplasma del metaquiste se divide en ocho partes, dando lugar al trofozoito
metaquístico.
Trofozoito Metaquístico
Son el producto inmediato del metaquiste. Al
empezar su alimentación se desarrollan y crecen formando el trofozoito,
cerrando así el ciclo vital.
Epidemiología.
E. coli se transmite en forma de quiste viable que
llega al a boca por contaminación fecal y se traga o deglute. La infección se
adquiere con facilidad, lo que explica su frecuencia alta en países tropicales,
así como en las poblaciones de clima frío en los que las condiciones de higiene
y sanitarias son primitivas. Aunque los monos y en ocasiones los perros se han
encontrado infectados en forma natural por una ameba similar a la E. coli, la
infección es casi exclusiva de origen humano.
Patogenia y sintomatología.
E. coli es un parásito de la luz intestinal no
patógeno y que no produce síntomas.
Diagnóstico.
A E. coli hay que distinguirla de la ameba patógena
E. historietica, a veces es casi imposible diferenciar los trofozoitos
evacuados con las heces líquidas. En las materias fecales que contienen gran
número de quistes de E. coli pueden pasar inadvertidos unos cuantos de E.
historietica.
Tratamiento
Como esta ameba no es patógena, no está indicado
tratamiento específico; de todos modos conviene recordar que E. coli es mucho
más resistente a los agentes antiamebianos que E. historietica.
Profilaxis.
El hallazgo de esta ameba en las materias fecales
prueba de que algo contaminado por éstas ha llegado a la boca. La disminución
de la frecuencia de esta dependerá de una mejor higiene personal y de los
medios adecuados para la eliminación de deyecciones humanas.
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